Aunque los inicios del proyecto se remontan al año 2000 cuando llevaba por nombre “Caleuche, el último faro” No fue hasta el 2017 que Jorge Sacaan decide embarcarse en un desafío tan grande como el abismo resultante. Mover un buque con la menor tripulación posible con la ayuda de la computadora, entonces hubo que acondicionar la sala de máquinas y configurar lo que hoy es “nAve pasajera” Un proyecto mutante que se adapta a cada viaje convocando a los más diversos tripulantes para contar historias de naufragios y desembarcos en latitudes cercanas y lejanas de todos los mundos posibles.
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